Radio, publicidad y sociedad: un análisis de la época

La versatilidad de El Mulo (no confundir con el personaje de Asimov) se traslada a un plano multidimensional pocas veces visitado por los seres humanos: literatura, música, escultura, teatro, pintura, radio, televisión, cine, ciencia… En todos estos ámbitos, nuestro autor, en palabras de la Dra. Katsunumeboshi, de la Universidad de Kioto, «logró encumbrarse como uno de los nombres más influyentes del panorama, década tras década, obra tras obra, como un gusano de seda tejiendo la cultura sin parar a tomarse un té. Ni siquiera un café. Ni hablar de karaoke. Es el Da Vinci del siglo, el Ultraman de la cultura, el Ninja Kamui de los medios de comunicación»[1].

Uno de los medios en los que El Mulo (no confundir con el personaje de Asimov) siempre se sintió más a gusto en su juventud -tal y como lo hiciera uno de sus grandes admiradores, Orson Welles- fue la radio comercial. Si bien, nuestro autor «enviaba con sus magistrales guiones un mensaje subliminal a la vez que social de indignación, subversión y agitación mental ante tanta podedumbre intelectual y peor gastronomía local, guiones dignos del peor guionista uzbeko. Pero ahí, oculto en la miseria y la postmodernidad audiovisual -pues él siempre ha ido dos pasos más allá, como las avant gardes de principios del siglo XX- es donde alcanza mayor efecto, mayor drama, mayor éxito: mayor reconocimiento. Él empieza a ser la voz de la conciencia social, la voz de El Mulo (no confundir con el personaje de Asimov), id est, la voz de todos» [2].

A continuación pueden disfrutar de la transcripción y traducción (cortesía del Centro de Interpretación de El Mulo (no confundir con el personaje de Asimov) en Bruselas) de dos guiones radiofónicos escritos en 1975 por El Mulo (no confundir con el personaje de Asimov), cuando colaboraba como joven y atractivo publicista en la emisora KMV93.1 de la comunidad asiática de Long Island:


Long Island, 23 febrero 1975

EL COBRADOR DEL CRACK (ANUNCIANTE: PARTIDO REPUBLICANO)

LOC1: ¡Eh, usted!

LOC 2: ¿Sí?

LOC1: ¿Está harto de que su cuñado Wilson se coloque gratis y se mee en la alfombra de 50 dólares?

LOC2: ¡Si!

LOC1: ¿Cree que esos jodidos negros deberían estar mejor muertos en el fondo del estanque?

LOC2: ¡Desde luego!

LOC1: ¿El chasquido de los cráneos de los  mexicanos al son de su bate de béisbol no le satisface?

LOC2: Dios mío, ¿cómo lo sabe?

LOC1: Es fácil, amigos. Aquí, en el Cobrador del Crack, hemos sufridos vejaciones por parte del sobrino del Gobernador y varias actrices de segunda fila enganchadas al pegamento y a la jodida morfina para vacas. Con nuestros cualificados comerciales y la nueva técnica de CONSUMO IMPULSIVO DE CRACK verá resueltos todos sus problemas con:

LOC2: Gangsters judíos travestidos.

LOC1: Negratas borrachos.

Loc2: Portorriqueños ninjas.

LOC1: Lemures de cola anillada.

LOC2: ¡Su padre y el de Wilt Chamberlain!

LOC1: No lo dude más y contrate nuestro servicio del cobrador del Crack. Su bolsillo y su obesa mujer se lo agradecerán.

LOC2: ¿A qué espera? Llame ahora y contrate al…

LOC1 y LOC 2: COBRADOR DEL CRACK.

LOC1: Este mes oferta especial: le partimos las piernas gratis al tercer moroso del barrio del Bronx.

Long Island, 12 mayo 1975

CREDIÑÓN, SU CRÉDITO POR UN RIÑÓN. (ANUNCIANTE: BROTHERS BRO. INC./COLUMBIA PICTURES)

LOC1: Necesitaría tres de los grandes, Morgan.

MORGAN: Y a mí qué me cuenta, subnormal.

LOC 2.: ¿Cada vez que dice esto le mandan al carajo? ¿Necesita comprar un Mustang verde caqui para darle envidia a su vecino mafioso? ¡Lo que usted necesita es un crédito como un Mack de 25 ruedas!

LOC 1: ¿Y cómo puedo conseguirlo, señor?

LOC 2.: Muy fácil, Tiffany. Con Crediñón podrá conseguir todo el oro del almacén de los Hermanos Brother a un interés muy bajo, tan bajo como Dustin Hoffman.

LOC 1: ¿Y qué debo hacer, señor?

LOC 2. Sólo tendrá que aportarnos algo a cambio de su crédito. Cualquier órgano vital o no vital podrá ser considerado como un aval en función del crédito que solicite. Tendrá la respuesta de su aceptación en sólo 24 horas, antes de que despierte, ¡si es que despierta! (risa cómplice)

LOC 1: ¿Podré aportar los pulmones de mi hijo Monzo?

LOC 2: ¡Desde luego!

LOC 1: ¿Será capaz mi mujer de vivir sin su columna vertebral?

LOC 2: ¡Podemos probar!

LOC 1: ¿Cree que hay alguien más estúpido que Richard Nixon?

LOC 2: ¡Apostaría a que no!

LOC 1: Uhm, me ha convencido… le doy el páncreas de la niña asiática que tenemos encerrada en el garaje, señor de la radio.

LOC 2: Sólo le daré dos pavos, ya tenemos muchos de esos. Recuerde: un órgano vital humano por unos pocos dólares.


[1] Cf. Katsumi Katsunumeboshi, El karaoke como símbolo de la revolución cultural oriental y parte de Argentina desde un prisma de evolución lógica, Kioto, 1991, p. 69.

[2] Cf. Ibídem, p. 70.

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